El Mandato de Wauyara, el Encanto.

Yara, la India. La salvaje; la que representa la vehemencia del agua, del viento y la tempestad. La que adorna su cabello con flores e impregna su piel con aromas venidos del sol, ha dejado su estampa grabada en piedra.


María Lionza, nuestra Reina, ha conversado a través de sus labios y de su encanto.


Ya no hay más avisos. El tiempo llega, se agota la reflexión. Se destruyen las creencias en manos del hombre, como cuando el extranjero con fusil en mano derramó la vida de nuestros hermanos.


Las luces deben estar encendidas. Son las órdenes que da el Dios Supremo.


Lloran nuestros árboles, claman por Paz aquellas aguas que se han visto teñidas de sangre. Sangre que ha sido lavada por ángeles.



El consuelo no llega a los corazones de quienes ya no están con sus hijos, con sus hermanos; pero el consuelo lo ha dado Dios, a través de sus espíritus. La Luz que impregnan la esencia de quienes ya no están ha sido dada en recompensa; al igual que Jesús, ellos han dejado su existencia guardada en entre las piedras y entre el verde los árboles, hay una enseñanza; pero no se aprende.


El hombre sigue profanando y cometiendo los mismos errores. Creen que no hay ser superior, piensan que no necesitan la venia de nadie. Se equivocan, María Lionza existe, está entre el bosque, entre la cima de la Montaña, en el aullido de los lobos, en el cantar del gallo y todo lo ve. No olvida. Tampoco amenaza, sólo actúa.


Las almas se confunden en océanos de peticiones. Muchos están llamados a transitar por este camino, sendero cubierto por llamas; por espinas y por piedras que confunden y hacen vacilar al creyente.


Uyara, está en la tierra. Borra sus huellas al pasar para que el enemigo no sienta su presencia. Su aroma se percibe y su grito se escucha entre el suspiro lóbrego de la anaconda que persigue al burlón demonio que tranza almas a cambio de favores.


Es el tiempo de nuestros ancestros. El penacho no se cambia por mentiras ni por piedras de colores.


Yara está en la Tierra, camina descalza y sorprende con su mirada al que mora bajo la oscura sombra de la maldad.

No hay comentarios.:

La Reina de Mil Amores.

La llamamos “Madre”, invocamos su nombre y lo hacemos con respeto y Admiración. No es para menos, María Lionza, es una Reina. Su sólo nombre produce vibraciones en nuestro cuerpo, eriza el cuerpo, agita las pulsaciones y desata los sentidos, ella es energía y esa fuerza sobrenatural nos invita adentrarnos en un mundo místico.


Esta Tierra que pisas, es la que nadie tiene el derecho a lastimar.

Tus creencias deben mantenerte firme, no desvanecerse bajo la lluvia, cada paso debe ser tan firme como el eslabón de una cadena, no seas débil ante las tentaciones, ¿O sólo quieres ser un “algo” en vez de un todo?.”


María Lionza, es considera una Diosa Popular, reconocida por entidades espirituales como la única mujer coronada después de muerta. Utiliza como mensajeras a Indias que están bajo su astral, así como a las Reinas Guillermina y Margarita.


De estirpe, única e indomable, María Lionza representa para nosotros la Fe y la esperanza de un pueblo. Diosa de la Naturaleza, de las aguas, de las cosechas, de la Fauna y de la Flora, su corazón está desbordado de inmensa Bondad.


María Lionza vive en los corazones de cada uno de los que practican su culto. Algunos comentan que su morada es un “Palacio Encantado”, custodiado por Jaguares y Anacondas, dónde suele invitar a sus hijos para que éstos reciban mensajes, encuentro al que son llamados muchos, pero pocos los elegidos.


En sus ojos se ve reflejada la fe de un pueblo que cree en Dios y en la influencia de espíritus para resolver problemas, en Venezuela Maria Lionza es considerada una Reina.


"MARÍA LIONZA ES LA FUERZA DE LA NATURALEZA... LA FORTALEZA DE NUESTRA FE"