EL NEGRO MIGUEL


Cuenta la Historia que El Negro Miguel, se acaudilló en 1533 en las minas de Buría y su región, es considerada como la primera rebelión de negros en la historia de Venezuela.
Durante el gobierno de Juan de Villegas Maldonado, a mediados del siglo XVI, se intensificó la necesidad de adquirir mano de obra esclava, tras el descubrimiento de una importante veta de oro en las márgenes del río Buría, cerca de la ciudad Nueva Segovia de Barquisimeto, fundada en 1552 por Villegas.
Entre los esclavos que llegaron a el Real de Minas de San Felipe de Buría, figuraba uno oriundo de San Juan Puerto Rico, el cual se distinguía por su rebeldía y arrojo, el Negro Miguel, quien era propiedad de Pedro del Barrio, hijo de Damián del Barrio.
Dado su carácter indomable, en 1553 Miguel huyó con unos compañeros a las montañas, desde donde preparó un ataque al Real de Minas, resultando muertos varios mineros en medio de la oscuridad de la noche. A partir de este exitoso asalto, el Negro Miguel se hizo fuerte en las montañas y su fama crecía día a día, siendo seguido por indios y negros levantiscos a lo que consideró como su reino, pues el mismo se nombró rey y a su mujer, Guiomar, la hizo coronar como reina.
Asimismo, su pequeño fue reconocido por todos como su heredero. También nombró obispo a uno de sus compañeros y conformó una comunidad a semejanza de los pueblos de los españoles, con sus autoridades y empleados. Dicen, que el Negro Miguel era conocedor de algunos secretos de hechicería propios de la práctica haitiana.
Con la llegada de Guimar a las Montañas que hoy se conocen como Quibayo, se conocieron esas tierras como la Montaña de la Reina (en alusión a la esposa del Negro Miguel), la historia nos dice que Guiomar, era Bondadosa y fue la primera impulsora del culto a María Lionza (que para aquella época no tenía nombre), con el uso de tabacos, bebidas espirituosas y el sonido de tambores para invocar a los espiritus ancestrales y a la esencia de aquella Diosa que era tan venerada por los índigenas de la región.

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La Reina de Mil Amores.

La llamamos “Madre”, invocamos su nombre y lo hacemos con respeto y Admiración. No es para menos, María Lionza, es una Reina. Su sólo nombre produce vibraciones en nuestro cuerpo, eriza el cuerpo, agita las pulsaciones y desata los sentidos, ella es energía y esa fuerza sobrenatural nos invita adentrarnos en un mundo místico.


Esta Tierra que pisas, es la que nadie tiene el derecho a lastimar.

Tus creencias deben mantenerte firme, no desvanecerse bajo la lluvia, cada paso debe ser tan firme como el eslabón de una cadena, no seas débil ante las tentaciones, ¿O sólo quieres ser un “algo” en vez de un todo?.”


María Lionza, es considera una Diosa Popular, reconocida por entidades espirituales como la única mujer coronada después de muerta. Utiliza como mensajeras a Indias que están bajo su astral, así como a las Reinas Guillermina y Margarita.


De estirpe, única e indomable, María Lionza representa para nosotros la Fe y la esperanza de un pueblo. Diosa de la Naturaleza, de las aguas, de las cosechas, de la Fauna y de la Flora, su corazón está desbordado de inmensa Bondad.


María Lionza vive en los corazones de cada uno de los que practican su culto. Algunos comentan que su morada es un “Palacio Encantado”, custodiado por Jaguares y Anacondas, dónde suele invitar a sus hijos para que éstos reciban mensajes, encuentro al que son llamados muchos, pero pocos los elegidos.


En sus ojos se ve reflejada la fe de un pueblo que cree en Dios y en la influencia de espíritus para resolver problemas, en Venezuela Maria Lionza es considerada una Reina.


"MARÍA LIONZA ES LA FUERZA DE LA NATURALEZA... LA FORTALEZA DE NUESTRA FE"